Cuando su tienda estaba siendo robada a punta de pistola, esta fiel mujer cristiana ordenó al ladrón que se fuera en el nombre de Jesús, el Señor. ¡Lo que pasó después de eso es simplemente milagroso! Nunca dude del poder de Dios.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…