Esta mujer quedó inmóvil en su silla de ruedas hasta que un alma caritativa tomó el tiempo para ayudarla. Su rescate es una de las cosas más dulces que jamás he visto – ¡Sólo se necesita un minuto para cambiar el día a alguien!
El Señor Jesucristo rodea a todos los creyentes con su presencia (Sal. 119:151). Cuando usted tiene un pensamiento, el Señor está cerca para leerlo; cuando usted ora, el Señor está cerca para oír la oración; cuando necesita su fortaleza y su poder, Él está cerca para darlos.