A este pequeñito le regalaron una acordeón de plastico y después pusieron música para que éste amiguito sintiera que esta tocando y ¡valla que parece de a deveras!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.