A pesar de que a veces puedan ser algo traviesos las mascotas nos brindan sin duda alguna momentos de alegría y risa con su forma de comunicación y hasta su forma de pedir perdón.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?