Este grupo de soldados finalmente regresaron a casa y antes que la ceremonia de bienvenida culminara la pequeña Cara corrió hacia su papá para darle un abrazo. Bienvenido a casa soldado!
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?