Gracias a Dios que podemos ver que todavía hay gente buena, gente honesta, gente que con sus acciones demuestran amor y compasión hacia los mas necesitados.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.