Mienrtas la orquesta estaba ejecutando una de sus piezas de la noche, un simpático y atrevido perro se paro en frente de los violinistas y despues de un rato decidió acostarse al lado de uno de ellos. La gente no pudo hacer mas que aplaudir y reír.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…