A este pequeñito le regalaron una acordeón de plastico y después pusieron música para que éste amiguito sintiera que esta tocando y ¡valla que parece de a deveras!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…