No hay nada como el presenciar la disciplina, dedicación y coordinación de unos Marines en el show del medio tiempo de un partido de football americano.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?