Lucianne ya tiene 90 años de edad y es legalmente ciega. Pero ella y su compañero de baile, ¡saben cómo mantenerse joviales! ¡La vida que Dios nos regala es preciosa!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…