Samuel Hernández inspira aún al corazón más decaído con esta preciosa verdad del amor de Dios. Después de esto, ¡de seguro que su corazón estará lleno de esperanza!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.