Su melliza, Emily llegó sana, pero Jamie nació muerto. Sus padres lo tomaron en brazos para despedirse tiernamente de él, ¡pero Dios tenía planes diferentes!
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?