Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido tiempo, echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros. Sed de esp?ritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como le?n rugiente, buscando a quien devorar. Leer La Biblia