Un niño pequeño sin una chaqueta estaba temblando de frío en una parada de autobús en Noruega. Cuando las personas lo vieron, ellos estaban confundidos, pero luego demostraron cómo los seres humanos pueden ser bondadosos.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…