Kiersten Miles aceptó un trabajo como niñera de una familia con una hija de 10 meses llamada Talia quien a pesar de su corta edad ya sufría de su salud. Talia estaba en la lista de espera para recibir un transplante de higado, meses después Kriesten se dio cuenta de que ella era compatible para donar parte de su higado y sin pensarlo se hizo voluntaria para la donación. Tiempo después la pequeña Talia y Kriesten ya son familia y comparten mas que un gran vínculo.