Cuando Brendan McFarlane comenzó a cantar en una tienda de música, el dueño le pidió que parara un tiempo para poder preparar unos micrófonos y asi grabar la increible voz del muchacho.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…