Cuando estos bailarines de Hungria se subieron al escenario para presentar su baile nadie supo que esperar, pero solo tomó unos cuantos segundos para que todos comenzaran a aplaudir junto con ellos.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?