Ralph siempre soñó con poder cmainar a su hija hacia el altar, pero debido a su necesidad de estar en una silla de ruedas no podía hacerlo o al menos eso pensaron todos. El día de la boda, Ralph sorprendió a todos los presente e incluso a su misma hija parandose de la silla y tomando a su hija de la mano para caminar con ella.