Este padre de familia llevó a su hija y a su mascota a disfrutar de un día en la playa. Pero el pobre perrito no pudiendo olvidar su instinto protector no dejó que la niña se adentrara muy lejos en el agua.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?