Un niño que buscaba un dulce fue casi aplastado por un carro que de la nada llegó a estrellarse con la tienda metiendose hasta el interior de la misma donde se encontraba el pequeño. Gracias a Dios el pequeño salió ileso.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…