Esta abuelita nunca tuvo un gusto bueno por la barba de uno de sus nietos, así que para celebrar su cumpleaños numero 100, el muchahco se quitó la barba para darle el gusto y placer a su abuelita en su cumpleaños.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?