Un niño que muere antes de llegar a la madurez no tiene la oportunidad ni de arrepentirse, ni de ejercer fe. Entonces, ¿qué ocurre con esos niños? Esta importante reflexión trata con tres posturas básicas que se pueden tomar. Gracias a Dios, que tenemos un Dios ¡santo y lleno de amor! ¿Qué piensa usted sobre este tema?