Cuando Cameron fue rescatado, sólo tenía la mitad de su pico superior. Pero él acaba de conseguir un hogar permanente y por el sonido de esa risa – ¡le encanta su nueva familia! ¡La risa es un regalo de Dios!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…