Cuando caemos en la mentira de que Dios necesita de nosotros, de nuestro tiempo, de nuestra atención, de nuestros diezmos…. todo se sale de perspectiva. Dios anhela estar con nosotros por lo que somo para Él, no por lo que le podamos dar.
¿Qué lo motiva a usted? ¿Qué ocupa su energía, domina su tiempo y lo hace funcionar? El apóstol Pablo da testimonio de lo que lo impulsaba y es un ejemplo para todo cristiano...