Porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia por millares a los que me aman y guardan mis mandamientos. Éxodo 20:5-6

No hace muchos años que las tortugas mutantes Ninja estaban de moda. Ahora la palabra mutante está siendo usada para describir a algo más que las tortugas Ninja. Mutante es la palabra usada para identificar la fe de muchos adolescentes cristianos en los Estados Unidos.

Kenda Dean, una catedrática del Seminario Teológico de Princeton, recientemente escribió un libro llamado: “Almost Christian” (Casi cristiano). Luego de entrevistar a más de 3,300 jóvenes norteamericanos, descubrió que la mayoría de los adolescentes que dicen ser ‘cristianos’ son indiferentes, saben muy poco de la fe, y tienen dificultad para expresarse sobre ella.

Dean explica que cada vez son más los adolescentes que creen que Dios es un “terapeuta divino”, cuya función principal es hacer que las personas se sientan bien consigo mismas y con sus vidas.

Dado que los adolescentes creen que Dios está para servirles, y no al revés, menos de la mitad practica su fe, sólo la mitad piensa que la fe es importante, y la mayoría no puede articular lo que su fe supuestamente significa o hace.

Ahora el otro lado de la moneda. Dean también descubrió que, entre los pocos adolescentes comprometidos que encontró, existían similitudes. Todos ellos tenían:


 

una historia personal sobre Dios que pueden compartir;

una conexión profunda con una comunidad de fe;

propósito para la vida;

esperanza para el futuro.


 

Fue esa última parte la que más me interesó. Si como cristianos, pastores, padres y feligreses vamos a hacer lo correcto por nuestro Salvador y nuestros jóvenes, debemos inculcarles esos cuatro rasgos… y la mejor forma de hacerlo mejor es mostrándoles que esas cualidades están presentes en nuestras vidas.

Así como dijo el Señor: la maldad de los padres es transmitida a los hijos por tres y cuatro generaciones. Pero, al mismo tiempo, la gracia y misericordia descansarán sobre los que lo aman y mantienen sus mandamientos.

ORACIÓN: Señor Jesús, ayúdanos a ser una bendición para las generaciones que nos siguen. Enséñanos a ser apasionados en compartirte y servir de ejemplo a aquéllos que has confiado a nuestro cuidado. En tu nombre. Amén.

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