Quien se hubiera imaginado la inteligencia tan impresionante de un cerdito, esta se llama Moritz y vaya que es lista, mira como pone las piezas de este rompecabezas en su lugar.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?