Esta bebita no pudo poner atención ni un solo segundo a a la historia que le estaba leyendo su papá puesto que no pudo aguantar las ganas de reir despues de ver como su papá le narraba la historia.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?