John no pudo estar presente para el nacimiento de su hija pero al llegar al hospital despues de 22 horas de viaje no pudo contener la emoción y las lagrimas de la alegría al ver a su hija y a se esposa.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.