Aún en sus momentos finales, Dan Henning, encontró fuerzas para alabar a Dios y compartirlo con todo un hospital. Asi canto la canción de “Amazing grace” a traves de el altavoz del hospital donde se encontraba.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…