Para celebrar su cumpleaños número 85 esta señora se fue a jugar a la nieve para hacer pequeños angelitos por todos lados. Ella prueba que la edad no es más que solo un número.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…