Kai, de tan solo un año de edad ya sabe bailar al ritmo de su música favorita. Primero sostiene el celular sin saber que hacer pero cuando la música comienza a sonar lo hace a un lado para poder moverse con más facilidad.
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…