Cuando el granjero Derek se sentó en un campo y comenzó a tocar su trombón yo estaba muy confundido. Pero a los 58 segundos todo empezó a tener sentido…y tuve que recoger mi mandíbula del suelo. ¡Esto es una locura!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…