Este pequeño bulldog francés no está nada convencido de que es hora de ir a cama…y no tiene problema con dejárselo saber a su dueña. ¡Sus pequeños sonidos son tan dulces que todavía estoy sonriendo!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…