Laura es un camaleón al que en serio le gusta jugar. ¡Y cuando la vea estallar burbujas, su corazón va a volar! ¡Oh cielos esto no podría ser más dulce! ¡Yo seguía gritando ‘atrápala, Laura, atrápala’!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.