Cuando Brendan McFarlane comenzó a cantar en una tienda de música, el dueño le pidió que parara un tiempo para poder preparar unos micrófonos y asi grabar la increible voz del muchacho.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.