Cuando estos bailarines de Hungria se subieron al escenario para presentar su baile nadie supo que esperar, pero solo tomó unos cuantos segundos para que todos comenzaran a aplaudir junto con ellos.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.