Estos soldados estaban comiendo tranquilamente cuando de repente uno de ellos empezó a moverse. Lo que acontecio despues me hizo sonreír. Fue algo inesperado!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.