Ricardo Montaner adora a Dios de corazón y le ha dado una preciosa herencia a su hija que ahora adora a Dios junto con él. Algo muy especial maneja sus vidas. ¡No pude evitar alabar junto con ellos!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.