Los orangutanes bebés Asoka y Gito fueron rescatados de la selva y ahora están a punto de conocerse por primera vez, al principio están algo confundidos y después empiezan poco a poco a acoplarse y a jugar como los bebés que son.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.