Camine todos sus días dependiendo de Dios y deje que Él guie sus pasos. Mientras más se acerque a Dios descubrirá la razón y el sentido de vivir. ¡Adore junto con Tercer Cielo esperando el momento en el que verá a Jesucristo cara a cara!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.