Un padre llevó a su hijo de tres años a participar en un concurso de talento donde destacó como un DJ frente a toda la audiencia y también los jueces que no pudieron contener la emoción.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.