Jaime Murrell interpreta ésta gran alabanza pidiendo a Dios que nos llene más de su presencia como si fueramos unas lampara que necesitan de aceite para funcionar debidamente y también para poder dar y ser luz. !Gocémonos en el Señor hermanos!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.