Un potrillo estaba aterrorizado por tener que saltar una pequeña barda hasta que su mamá vino para enseñarle a agarrar vuelo y después saltar. Muy bien hecho amigo!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.