Unos buenos samaritanos escondieron algo especial para que esta mucama lo encontrara mientras ella hacía una cama. ¡Ella estaba tan feliz, ni siquiera podía procesar esta sorpresa!
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?