Este lobo joven fue encontrado en un rio a punto de ahogarse en las aguas heladas, pero por suerte este grupo de buenas y valientes personas hicieron todo lo posible por devolverle la vida.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.