Mientras jugaban con sus juguetes, estos dos gemelos escucharon a su papá estornudar y no pudieron dejar de arremedarlo de la manera más simpática y tierna.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.