Estos tres gatos estaban muy atentos a cada movimiento que hacia la paloma enfrente de ellos, pero nunca se dieron cuenta que el perro de la casa iba a empezar a ladralre a la paloma y en cuento lo hizo, los gatos saltaron hasta el techo del susto.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.