La vida en las calles es muy dura y solitaria, pero que bueno que hay gente solidaria y altruista que piensa en ayudar a los mas necesitados sin pedir nada a cambio. ¡Mira esta gran sorpresa!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.