Mientras estaban de paseo en un parque natural estos dos hombres se enocntraron con una manada de gorilas, gracias a Dios nada malo pasó en el encuentro tan cercano pero definitivamente puedes sentir la tensión en el aire…
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.