¡Miel San Marcos nos comparten una gran verdad que usted no podrá callar! Dios ha dado todo por nosotros y proclamamos que Él es Señor de señores y Rey de reyes. ¡No podemos callar!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.